No hay cosa alguna como sentir aquel único placer que cada persona experimenta cuando hace lo que le encanta. Así suene rutina, es una rutina encantadora –valga la redundancia-. Dejar de hacerlo también te causa placer, pero un nivel menor, -vale recalcar-, porque cambias de “vida”, por así decirlo. Pero, en serio, no hay cosa alguna como volver a tu vida que érase una vez cotidiana...
Hoy me desperté con ganas de hacer lo que me solía hacer (bueno, solo en verano).
Para mí es fascinante despertar temprano, tomar un baño caliente, salir a correr –o bueno, al principio trotar-, volver con hambre atroz por el ligero agotamiento físico que has tenido, tomar muchos vasos con leche de soya –la más sanita-, volver a tomar un baño, pero, esta vez con agua fría. Vestirte y salir a caminar al paradero, tomar una combi –me encanta lo bizarro, aunque muchas veces suelo tomar taxi, porque debo aceptar me volví muy vaga, ja, en serio, me fascina mucho subir a una combi o micro y ganarme con todo lo bizarrazo de Lima (incluso si es que aquella combi solo pasa por distritos “fichos”, siempre hay de todo), y llegar a La Biblioteca Nacional, ir a la zona de filosofía, y tomar un libro, cual fuere, todos son pajazas y sobretodo, interesantes, o de política (este día tocó uno de ellos), sinceramente ya se me cruzó el nombre del libro, porque en mi cabeza rondan muchos títulos de los que deseo. Luego, ir a Miraflores (uno de mis distritos favoritos, juntos con Barranco y Santiago de Surco), sentarme en uno de los cuadrados que dan frente a todos los pintores con sus cuadros, leer mi libro favorito (el cual, una vez al mes lo leo, es que, es demasiado corto, pero, buenísimo), mientras mucha gente pasa, y a veces (bueno, muchas), distraerme con coches bravísimos de los sesenta y setenta. Imaginando toda la situación y locación de la novela que está ante mis ojos, mientras toda aquella bulla se aglomera y crea más sentimientos de imaginación total. Luego, volver a casa y almorzar, salir nuevamente a un café cercano a casa, pedir tu café favorito, abrir la lap top, y escribir (otra de mis grandes pasiones), de lo que ha pasado hasta ahora durante el día. Tener ganas de diseñar algo nuevo, o al menos de dibujar qué quieres ponerte mañana o en qué quieres modificar tu ropa. Y pensar que al final del día sabes que seguirás leyendo aquel libro que te regalaron hace algún tiempo (y que por estudios que te consumían, pero, que igual, te mantienen despierta, no lo continuaste leyendo).
Y pensar hacer esto, nuevamente todos los días, y tan solo variarlo en pequeñas cositas, porque para mí, ni cuando estoy durante el ciclo regular mi vida es una rutina constante, ya que, día a día sucede algo nuevo.
Para concluir estas escrituras (ja, me juro la biblia), citaré una frase, en realidad mi favorita, ‘El placer no está en hacer lo que uno quiere, si no, en siempre querer lo que uno hace’-Tolstoi.
P.S: No me gusta la rutina, esto es como se titula.
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