22.01.11
martes, 25 de enero de 2011
lunes, 24 de enero de 2011
¿Estereotipos?
Al salir ayer, me di cuenta que todas las mujeres ahora se visten con polos anchos en la parte de los hombros, para que quede uno de estos sin taparse, o sea, totalmente estereotipado. Yo siempre rompo mis polos y los uso mostrando los hombros, me encanta así, pero, ahora ya le estoy perdiendo la gracia, ja, ja.
Lo que quiero escribir es acerca del punto de ser estereotipado. Yo clasifico a las personas mediante su forma de vestir, y la mayoría son recontra estereotipados; los mismos skinny jeans, ballerinas, el mismo color de leggins, la misma camisita o blusita de franela, los mismos botines chatos con peluche y que la punta es redonda y parece una babucha mal hecha, las mismas tabas tanto de hombre y mujer, el mismo tipo de vestido o camisita para ir a algún antro, e incluso los mismos corte de cabello y tipo de maquillaje. ¿Acaso no tienen ideas propias e identidad?
Yo soy hippie, pero, hasta ello tiene un estereotipo, pero, no soy una hippie estereotipada, me visto con colores muy llamativos (un punto hippie), con ropa suelta, pero, la vuelvo ceñida con accesorios, detesto los jeans (tengo, pero, uso pocos y solo en invierno cuando sí hace frío, o sea, casi nunca, porque en Lima no hace tanto), uso lacitos, vinchas o cintas en la cabeza, me encanta usar más ropa y accesorios de verano, así sea invierno, y siempre me cambio de corte de cabello.
Incluso pertenecer a una tribu urbana (directa o indirectamente), no quiere decir que debas ser la misma figurita o del mismo molde de la otra persona que comparte una ideología parecida a la tuya (porque hasta ser de una misma subcultura, no es que tengas la misma mentalidad de la otra persona, ya que varía en algo las ideas de todos).
Hoy en día, creo, que lo de las sub culturas ya no es muy usado -vale recalcar que no son moda-, o al menos en la ropa ya no se muestra mucho ello; yo sigo con la idea que mediante mi vestimenta, doy a entender mi ideología. Conozco hipsters que también, escuchan electrónica; hippies que escuchamos fusión y hasta hip hop; rastafaris que escuchan house; skaters y rollers que escuchan metal; surfers que escuchan pop; punks que escuchan hard rock; metaleros que escuchan soft rock y hasta van a misa, ja, ja, etc.. En conclusión, hoy en día es una mescolanza, pero, cuando se trata de ir de juerga, a un mall o a estudiar todos son el mismo saco de ropa.
Creo que demostrar ser lo mismo no fomenta la tolerancia a todas nuestras diferencias. ¿Acaso de eso se trata? ¿De ser igual que todos? Igual en derechos sí, pero, jamás vamos a hacer igual de pensamientos, por eso, por alguna pequeña cosa, se comienza con un cambio, que los niños lo notarían, y en cierta parte haría que ya no haya ese rechazo inconciente por otra "raza".
Lo que quiero escribir es acerca del punto de ser estereotipado. Yo clasifico a las personas mediante su forma de vestir, y la mayoría son recontra estereotipados; los mismos skinny jeans, ballerinas, el mismo color de leggins, la misma camisita o blusita de franela, los mismos botines chatos con peluche y que la punta es redonda y parece una babucha mal hecha, las mismas tabas tanto de hombre y mujer, el mismo tipo de vestido o camisita para ir a algún antro, e incluso los mismos corte de cabello y tipo de maquillaje. ¿Acaso no tienen ideas propias e identidad?
Yo soy hippie, pero, hasta ello tiene un estereotipo, pero, no soy una hippie estereotipada, me visto con colores muy llamativos (un punto hippie), con ropa suelta, pero, la vuelvo ceñida con accesorios, detesto los jeans (tengo, pero, uso pocos y solo en invierno cuando sí hace frío, o sea, casi nunca, porque en Lima no hace tanto), uso lacitos, vinchas o cintas en la cabeza, me encanta usar más ropa y accesorios de verano, así sea invierno, y siempre me cambio de corte de cabello.
Incluso pertenecer a una tribu urbana (directa o indirectamente), no quiere decir que debas ser la misma figurita o del mismo molde de la otra persona que comparte una ideología parecida a la tuya (porque hasta ser de una misma subcultura, no es que tengas la misma mentalidad de la otra persona, ya que varía en algo las ideas de todos).
Hoy en día, creo, que lo de las sub culturas ya no es muy usado -vale recalcar que no son moda-, o al menos en la ropa ya no se muestra mucho ello; yo sigo con la idea que mediante mi vestimenta, doy a entender mi ideología. Conozco hipsters que también, escuchan electrónica; hippies que escuchamos fusión y hasta hip hop; rastafaris que escuchan house; skaters y rollers que escuchan metal; surfers que escuchan pop; punks que escuchan hard rock; metaleros que escuchan soft rock y hasta van a misa, ja, ja, etc.. En conclusión, hoy en día es una mescolanza, pero, cuando se trata de ir de juerga, a un mall o a estudiar todos son el mismo saco de ropa.
Creo que demostrar ser lo mismo no fomenta la tolerancia a todas nuestras diferencias. ¿Acaso de eso se trata? ¿De ser igual que todos? Igual en derechos sí, pero, jamás vamos a hacer igual de pensamientos, por eso, por alguna pequeña cosa, se comienza con un cambio, que los niños lo notarían, y en cierta parte haría que ya no haya ese rechazo inconciente por otra "raza".
Rutina no cotidiana.
No hay cosa alguna como sentir aquel único placer que cada persona experimenta cuando hace lo que le encanta. Así suene rutina, es una rutina encantadora –valga la redundancia-. Dejar de hacerlo también te causa placer, pero un nivel menor, -vale recalcar-, porque cambias de “vida”, por así decirlo. Pero, en serio, no hay cosa alguna como volver a tu vida que érase una vez cotidiana...
Hoy me desperté con ganas de hacer lo que me solía hacer (bueno, solo en verano).
Para mí es fascinante despertar temprano, tomar un baño caliente, salir a correr –o bueno, al principio trotar-, volver con hambre atroz por el ligero agotamiento físico que has tenido, tomar muchos vasos con leche de soya –la más sanita-, volver a tomar un baño, pero, esta vez con agua fría. Vestirte y salir a caminar al paradero, tomar una combi –me encanta lo bizarro, aunque muchas veces suelo tomar taxi, porque debo aceptar me volví muy vaga, ja, en serio, me fascina mucho subir a una combi o micro y ganarme con todo lo bizarrazo de Lima (incluso si es que aquella combi solo pasa por distritos “fichos”, siempre hay de todo), y llegar a La Biblioteca Nacional, ir a la zona de filosofía, y tomar un libro, cual fuere, todos son pajazas y sobretodo, interesantes, o de política (este día tocó uno de ellos), sinceramente ya se me cruzó el nombre del libro, porque en mi cabeza rondan muchos títulos de los que deseo. Luego, ir a Miraflores (uno de mis distritos favoritos, juntos con Barranco y Santiago de Surco), sentarme en uno de los cuadrados que dan frente a todos los pintores con sus cuadros, leer mi libro favorito (el cual, una vez al mes lo leo, es que, es demasiado corto, pero, buenísimo), mientras mucha gente pasa, y a veces (bueno, muchas), distraerme con coches bravísimos de los sesenta y setenta. Imaginando toda la situación y locación de la novela que está ante mis ojos, mientras toda aquella bulla se aglomera y crea más sentimientos de imaginación total. Luego, volver a casa y almorzar, salir nuevamente a un café cercano a casa, pedir tu café favorito, abrir la lap top, y escribir (otra de mis grandes pasiones), de lo que ha pasado hasta ahora durante el día. Tener ganas de diseñar algo nuevo, o al menos de dibujar qué quieres ponerte mañana o en qué quieres modificar tu ropa. Y pensar que al final del día sabes que seguirás leyendo aquel libro que te regalaron hace algún tiempo (y que por estudios que te consumían, pero, que igual, te mantienen despierta, no lo continuaste leyendo).
Y pensar hacer esto, nuevamente todos los días, y tan solo variarlo en pequeñas cositas, porque para mí, ni cuando estoy durante el ciclo regular mi vida es una rutina constante, ya que, día a día sucede algo nuevo.
Para concluir estas escrituras (ja, me juro la biblia), citaré una frase, en realidad mi favorita, ‘El placer no está en hacer lo que uno quiere, si no, en siempre querer lo que uno hace’-Tolstoi.
P.S: No me gusta la rutina, esto es como se titula.
Hoy me desperté con ganas de hacer lo que me solía hacer (bueno, solo en verano).
Para mí es fascinante despertar temprano, tomar un baño caliente, salir a correr –o bueno, al principio trotar-, volver con hambre atroz por el ligero agotamiento físico que has tenido, tomar muchos vasos con leche de soya –la más sanita-, volver a tomar un baño, pero, esta vez con agua fría. Vestirte y salir a caminar al paradero, tomar una combi –me encanta lo bizarro, aunque muchas veces suelo tomar taxi, porque debo aceptar me volví muy vaga, ja, en serio, me fascina mucho subir a una combi o micro y ganarme con todo lo bizarrazo de Lima (incluso si es que aquella combi solo pasa por distritos “fichos”, siempre hay de todo), y llegar a La Biblioteca Nacional, ir a la zona de filosofía, y tomar un libro, cual fuere, todos son pajazas y sobretodo, interesantes, o de política (este día tocó uno de ellos), sinceramente ya se me cruzó el nombre del libro, porque en mi cabeza rondan muchos títulos de los que deseo. Luego, ir a Miraflores (uno de mis distritos favoritos, juntos con Barranco y Santiago de Surco), sentarme en uno de los cuadrados que dan frente a todos los pintores con sus cuadros, leer mi libro favorito (el cual, una vez al mes lo leo, es que, es demasiado corto, pero, buenísimo), mientras mucha gente pasa, y a veces (bueno, muchas), distraerme con coches bravísimos de los sesenta y setenta. Imaginando toda la situación y locación de la novela que está ante mis ojos, mientras toda aquella bulla se aglomera y crea más sentimientos de imaginación total. Luego, volver a casa y almorzar, salir nuevamente a un café cercano a casa, pedir tu café favorito, abrir la lap top, y escribir (otra de mis grandes pasiones), de lo que ha pasado hasta ahora durante el día. Tener ganas de diseñar algo nuevo, o al menos de dibujar qué quieres ponerte mañana o en qué quieres modificar tu ropa. Y pensar que al final del día sabes que seguirás leyendo aquel libro que te regalaron hace algún tiempo (y que por estudios que te consumían, pero, que igual, te mantienen despierta, no lo continuaste leyendo).
Y pensar hacer esto, nuevamente todos los días, y tan solo variarlo en pequeñas cositas, porque para mí, ni cuando estoy durante el ciclo regular mi vida es una rutina constante, ya que, día a día sucede algo nuevo.
Para concluir estas escrituras (ja, me juro la biblia), citaré una frase, en realidad mi favorita, ‘El placer no está en hacer lo que uno quiere, si no, en siempre querer lo que uno hace’-Tolstoi.
P.S: No me gusta la rutina, esto es como se titula.
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